Durante mis años como Coach, he encontrado una situación recurrente en
directores o emprendedores que están buscando el éxito y, aunque ante los ojos
de alguien más, podrían parecer muy exitosos, tienen una sensación interior de
que no tienen suficiente o no son lo suficientemente exitosos.
Una razón que he descubierto que ayuda a crear esta situación es la misma que
tuve durante mucho tiempo: es la falta de definición de éxito.
Bien dice la canción “No hay que llegar primero si no hay que saber llegar”
Les he dicho a mis clientes que el problema no es que no tengan o no sean
exitosos, lo que sucede es que todavía no saben qué es para ellos el éxito. Por
eso es imposible saber que ya llegaron a algún lugar cuando no sabían ni siquiera
a dónde iban.
He experimentado que la ausencia de un destino claro, genera ansiedad, tanto en
los líderes como a su equipo, ya que esto abre la puerta a comparaciones injustas.
Por ejemplo; alguna vez un director emprendedor, me comentó con
preocupación “no soy suficiente, estoy facturando muy poquito.” “No sé que
puedo hacer, mi gestión es pésima.”
Indagué un poco más y él había comenzado su negocio hacia 6 años, durante los
cuales, había duplicado sus ingresos cada año desde el primer año. A mi parecer
estos eran resultados bastante impresionantes, en el rankeo de las empresas de
su sector estaba en el 5 lugar debido al nivel de facturación, estaba facturando
2/4 partes de lo que la empresa número uno de su rubro estaba facturando; sin
embargo, en su mente seguía angustiado.
Le pude ayudar a reducir la velocidad de sus pensamientos cuando le dije:
“ALTO, ¿Facturas, poquito con respecto de quién?”
Él hizo una pequeña pausa y empezó a reflexionar y dijo: “sí claro, me estoy
comparando con una empresa que lleva en el mercado 50 años, esta
institucionalizada y cuenta con financiamiento en varias partes del mundo.”
Le pregunté: ¿Se te ocurriría poner a competir a tu hijo de 6 años, aún siendo un
superdotado en futbol, con Messi o Ronaldo? y su respuesta fue un contundente
NO. Al preguntar la razón de su respuesta me dijo que sería injusto para su hijo
competir debido a que siempre perdería no por la falta de talento sino por que
hoy están en diferente categoría, por edad, experiencia, etc.
Por eso es muy importante el aprender a clarificar las reglas del juego o como digo
yo “Definir tú éxito.”
Entonces, en vez de enfrascarnos en una frenética
competencia, hacia un lugar que no sabemos si nos va a satisfacer al llegar a él,
debemos comenzar a preguntarnos: ¿Qué es lo que verdaderamente quiero crear
en mi vida?¿Cuál es ese éxito que para mi es valioso? ¿Para qué quiero usar la
vida? Verdaderamente, ¿qué es lo que quiero? ¿Verdaderamente quiero ser el
número uno en ventas de…? ó ¿quiero ser exclusivamente esto o aquello?
Hay muchos libros, por ejemplo “La estrategia del océano azul” donde se
aborda el tema de: No hagas lo mismo que la competencia. Sin embargo,
aterrizarlo en el día a día, en tu actuar diario, como director o dueño de empresa,
es un poco más complicado porque no hacemos el tiempo para determinar cuáles
son los parámetros de éxito bajo los cuales nosotros queremos vivir.
Te invito a que en este día, hagas una pequeña pausa y reflexiones sobre esto:
Si hoy tú fueras lo exitoso que deseas ser, ¿qué debería de estar pasando o qué
deberías de tener en tu vida? ¿Cómo sabrías que eres exitoso?
Después de hacer esto te pido que hagas este ejercicio que les pongo a mis
clientes antes de empezar a trabajar con ellos a largo plazo, para saber hacia
dónde desean ir.
En el momento en que eres o tienes éxito ¿cuántas horas al día quieres trabajar?
¿Cuántas vacaciones quieres tener? ¿Cómo te quieres sentir todos los días? ¿Qué
tipo de relación tienes con tus hijos? ¿Qué tipo de relación con tu esposa?
¿Cuántas utilidades te gustaría tener? ¿Cuántos ingresos mensuales deseas tener?
¿Te gustaría tener ahorros o no?
Cuando se tiene clara esta visión global e integral de tus objetivos te permites
determinar una estrategia que incluya las cosas que son importantes para uno
como líder y saber hasta donde esta dispuesto o no a ir, y mejor aún, el cerebro
tiende a estar en un estado más creativo; ya que al tener la información más clara
puede generar planes que incluyan nuestros deseos.
Te pongo un ejemplo de un objetivo integral de “Quiero facturar x´s millones de
pesos con x´s cantidad de profit, que sea de manera sencilla, manteniendo mis
vacaciones anuales, mi día de cena semanal con mi esposa, disfrutando de mis
fines de semana.”
¿Podrías hoy incluir un poco más de tus deseos en tu definición de éxito?
Mi nombre es Gabriel Uribe. Te invito a que reflexiones en esto y si tienes una pregunta será un gusto tener una conversación contigo. Gracias.
