Algunas veces durante mis sesiones de coaching cuando un cliente está atorado sin encontrar la forma de crear mayores ingresos sin sacrificar su paz mental, le pido que reflexione el siguiente kōan.
“Suiwo, el discípulo de Hakuin, llegó a ser un excelente maestro. Cierto año, durante el periodo de retiro veraniego, recibió la visita de un pupilo oriundo de una lejana isla en el sur del Japón.
Suiwo le dio a resolver el problema: “Oye el sonido de una sola mano.” El estudiante permaneció tres años, pero no pudo pasar la prueba. Una noche, entre lágrimas fue a ver a Suiwo: Debo volver al sur envuelto en vergüenza, pues no puedo resolver mi problema. “Espera una semana más y medita constantemente”, le aconsejo el maestro. Pero la iluminación seguía sin llegar. “Inténtalo otra semana” dijo Suiwo. El pupilo obedeció, pero en vano.
“Otra semana más”. Era inútil. Desesperado, el estudiante rogó a Suiwo que lo dejara marchar, pero éste le propuso cinco días más de meditación. Transcurrieron estos sin resultado.
Entonces Suiwo dijo: “Medita tres días más. Si tampoco lo consigues ahora, lo mejor que puedes hacer es suicidarte”.
Al segundo día, el pupilo fue iluminado.”
Después de leerlo les pregunto a mis clientes, ¿Cómo se relaciona la prueba de Suiwo con la historia de tu negocio?
¿Cuántas veces has querido abandonar el proceso? En el contexto de tu Creación de Riqueza y negocio, ¿cómo se vería la Iluminación a la que llegó el discípulo? ¿Qué harías en tres días?
Mi nombre es Gabriel Uribe, te agradezco mucho que no dejes el camino.
